jueves, 9 de marzo de 2017


Los sueños y el psicoanálisis.

Metafóricamente se puede decir que el sueño se manifiesta en que una parte del cuerpo se le ha dormido, sin embargo, Sigmund Freud en su interpretación de los sueños hace énfasis en que los sueños no son un estado de reposo psíquico, puede serlo físicamente, pero no psíquicamente ya que durante el sueño nuestros procesos mentales no tienen descanso ya que, durante este estado de sueño, se manifiestan acciones inconscientes de nuestra vida cotidiana.

Los pensamientos e ideas conectadas con las actividades y preocupaciones del durmiente en su vida habitual permanecen activas en su mente en forma inconsciente mientras duerme, a la vez que el aparato perceptual continúa recibiendo cierto grado de información por parte de los órganos de los sentidos.
Todos estos pensamientos y sensaciones reactivan contenidos y pulsiones infantiles provenientes del ello, que durante la vigilia normalmente van negando su acceso a la conciencia debido a la represión.

en un sueño se alcanza una cierta gratificación parcial o sustituta de un deseo inconsciente a través de la fantasía, ya que la gratificación total que es la acción apropiada está imposibilitada por el hecho de dormir.

en la elaboración del sueño, que es el intento del yo por dar al sueño manifiesto una apariencia lógica y coherente. Y si bien es cierto que las defensas del yo no logran que el deseo sea totalmente reprimido, también es verdad que, gracias al trabajo del sueño, dicho deseo no aparece tal cual, sino disfrazado.

Cabe destacar la formación de los famosos complejos. Por ejemplo, el complejo de Edipo que consiste en el niño desea matar al padre y casarse con la madre. Todo esto se genera durante la etapa infantil, y perdura en la madurez ya que lo inconsciente de la vida psíquica no es otra cosa que lo infantil. La etapa infantil donde reconocemos el complejo de Edipo es la:

Etapa fálica: Esta etapa dura entre los 4 y 6 años; la niña y el niño descubren sus órganos sexuales, a causa de la excitación de la micción y por los tocamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo. Descubren la diferencia de los sexos. Los padres le imponen una renuncia al interés que tienen por tocarse en nombre de la estética y la moral; y el niño se adapta a dicha imposición. Los padres intentan explicar que la niña no tiene pene. El niño trata de negarlo pensando que tienen uno más pequeño o que le va a crecer. Sin embargo, piensa que la madre también tiene pene, pues al niño le resulta imposible creer que la madre carezca de él.  A medida que el niño crece, la madre ya va dejando de ocuparse de él en forma exclusiva. Aparece el “obedecer” o el portarse bien con la promesa de que si se porta bien recibirá tal cosa. El niño o la niña descubren que no son el único amor de la madre, que pueden ser abandonados por otros intereses de ella: su padre y sus hermanos se transforman en sus rivales.

Hacia los 4 años y medio, el varón juega a golpear y matar a su padre en la lucha emocional con él y trata de acaparar toda la ternura de la madre; le promete casarse con ella y tener hijos: entra en el periodo de complejo de Edipo. La niña vive un periodo similar, hacia los 3 años y medio: se comporta de manera seductora con el padre, se muestra coqueta y afectuosa, centra su interés en él. Pero para el niño y la niña la pareja de los padres en esta etapa resulta una frustración. Si el niño asiste a las relaciones sexuales entre los padres, sea porque los sorprende, las imagina como una especie de batalla violenta.

Complejo de Edipo en el varón: los niños tienen la creencia de que todos los hombres como mujeres tienen pene. La angustia de castración, o sea el temor a la pérdida del pene, parte de una falsa interpretación de la realidad, pero el niño no puede escapar a esta angustia ya que el peligro que siente está motivado en su fantasía. La angustia de castración es consciente, y es lo que determina que el niño se aleje de la relación con su madre. Por eso Freud en sus trabajos dice que la diferencia entre el niño y la niña es que el niño sale del complejo de Edipo por la angustia de castración, en cambio la niña entra en el complejo de Edipo por la misma angustia. Hacia los 3 o 4 años, el niño se comporta en relación con la madre como un adulto, quiere ocupar el lugar del padre. El niño siente deseos agresivos y de muerte hacia el padre y deseos de apropiación hacia la madre. Hay una doble actitud rival: quiere reemplazarlo, pero también imitarlo. si no se resuelve, puede tener severos trastornos en la sexualidad y personalidad. La finalización del complejo de Edipo abre al niño otros comportamientos, y su vida comienza a dirigirse hacia otras personas fuera de su familia.

Complejo de Edipo en la niña:  En la etapa fálica, a los 3 años y medio, la niña descubre que hay unas criaturas poseedoras de un pene que “ella no lo tiene”. Se pone celosa, pero sabe que en algún momento le crecerá. Freud describe como esta envidia del pene, acompaña las fantasías masturbadoras de la niña. Este es un periodo donde la niña tiende a exhibirse, se quiere mostrar desnuda. Esta es la reacción normal de la niña frente a la angustia de castración.  La niña descubre entonces que debe renunciar para siempre con la idea de tener un pene ya que su madre no lo ha tenido nunca. Comienza a tratar de conquistar al padre. Se dirige hacia él, a quien considera superior y atractivo para su madre. La niña se vuelca cada día más hacia su padre, declarando abiertamente su deseo de tenerlo como marido, es donde empieza a tener fantasías agresivas en donde mata a la madre y se queda con el padre.

Simbología en los sueños

Existen símbolos que pueden interpretarse casi siempre del mismo modo. La mayoría de los símbolos oníricos sirven para la representación de personas, parte del cuerpo y actos que poseen interés erótico. Particularmente, los genitales pueden ser representados por una gran cantidad de símbolos: armas y objetos alargados y rígidos tales como troncos de árbol o bastones, representan los genitales masculinos, y armarios, cajas, coches o estufas los femeninos. Además, muchos de los símbolos del sueño son bisexuales y pueden referirse a los genitales masculinos o a los femeninos. El sueño de huir a través de una serie de habitaciones representa al sujeto en un burdel o un harén. Cuando el sujeto sueña con dos habitaciones que antes era una sola, o ve dividida dos en una sola habitación conocida, o inversamente encierra sus sueños en una interesante investigación sexual infantil. Durante de cierto período de la infancia, el niño se halla confundido con el ano creyendo que es el órgano sexual femenino, y solo más tarde averigua que esta región del cuerpo comprende dos cavidades distintas y orificios separados. Los escalones, escalas y escaleras y el subir y bajar por estas son representaciones simbólicas del acto sexual. Las paredes o muros lisos por los que trepamos en sueños corresponden a cuerpos humanos en pie y reproducen probablemente el recuerdo de trepar infantil por las piernas de los padres. Jugar con un niño pequeño o pegarle son con frecuencia representaciones oníricas de la masturbación. La calvicie, el cortarse el pelo, la extracción o caída del pelo y la extracción de una muela son utilizadas para representar simbólicamente la castración. Aparte no todo el contenido del sueño debe interpretarse simbólicamente.

domingo, 5 de marzo de 2017

UN MÉTODO PELIGROSO.

La historia que relata Un método peligroso se remonta a comienzos del siglo XX, ocurre entre 1904 y 1913 y tiene unos protagonistas bien definidos, Carl Gustav Jung , Sigmund Freud y Sabina Spielrein, cuya relación terminó de configurar el moderno psicoanálisis. Es una película interesante , ya que recupera una antigua obsesión (la locura y la patología) y la cruza con el estilo narrativo .
De hecho, la presencia de Viggo Mortensen no es casual, si bien en esta ocasión, aunque encarna al propio Freud, su papel no deja de ser el de un secundario de lujo, ya que el protagonismo recae en el doctor Jung y su paciente Spielrein.

La película trata muy por encima el método del psicoanálisis, pero no menos cierto es que disecciona a la perfección la relación a tres bandas que se da entre los protagonistas. Jung y Sabina, en primer lugar; Jung y Freud, en segundo; y, finalmente, Sabina (ya curada y convertida ella misma en psiquiatra) y Freud. Es más, la última es la única relación que se establece entre iguales, entre colegas, ya que entre Sabina y Jung existía una relación médico/paciente, y entre Freud y Jung siempre hubo una relación mentor/alumno. Freud quiso mantener con Jung esa distancia, a pesar de que había visto en él a su continuador más aventajado. En un momento dado, el psiquiatra vienés se niega a contarle a Jung uno de sus sueños. Jung, en cambio, transgredió la relación con su paciente y acabó formando parte de los juegos sadomasoquistas de Sabina.

Acaso pueda parecer una película pequeña y poco ambiciosa, fundamentalmente rodada en interiores y basada en diálogos, lo que le confiere cierto regusto teatral, pero Un método peligroso cuenta con magníficas interpretaciones. Destacan Fassbender (sin duda, 2011 ha sido su gran año) y Mortensen como elegantes y circunspectos psiquiatras, pero el papel de Keira Knightley muestra una verdadera evolución (desde la sobreactuación necesaria del principio a la contención melancólica reflejada hacia el final). No en vano, el personaje de Sabina Spielrein es el auténtico descubrimiento del film, ya que fue ella quien le señaló a Freud el lazo indisoluble que existía entre el sexo (eros) y la muerte (thánatos).

SABINA SPIELREIN

Sabina Spielrein nació en Rostov el 7 de Noviembre de 1885. Fue la hija mayor de un matrimonio judío de clase social alta que tendría cuatro hijos más. A los cinco años comenzó sus estudios interna en Varsovia, y a los ocho volvió a Rostov a continuarlos en su ciudad natal .

La describen como una niña difícil, castigada frecuentemente, con un interés sexual muy precoz y nada reprimido,una imaginación desbordante  y una inteligencia precoz .En la descripción que Jung refleja en la historia clínica de Sabina Spielrein sobre ellos los define a ambos como histéricos: el padre es nervioso, colérico, utiliza con frecuencia los castigos físicos y a veces con una connotación vejatoria y humillante,es manipulador, tiránico e insultante.

La relación de los padres con sus cuatro hijos está definida en la historia clínica de Sabina Spielrein como "tumultuosa" y "sadomasoquista" .

Sabina Spielrein comenzó a presentar síntomas de un trastorno mental a la edad de cuatro años. En ese momento su comportamiento consistía en retener las heces.Este comportamiento le provocaba un placer evidente. entre el tercer y el cuarto año de vida le impresionó un castigo corporal, una paliza que le inflingió su padre a su hermano.A los siete años cambió la conducta relativa a la defecación por la masturbación compulsiva.

Sabina Spielrein fue la primera paciente tratada por Jung con el "método analítico". Consistió en un alejamiento radical de su familia de origen, un manejo del personal sustentador, tranquilizador,haciéndola sentir aceptada y autosuficiente y técnicas sugestivas, capaces de reforzar su super ego .

CARL GUSTAV JUNG

Carl Jung nació el 26 de Julio de 1875 en Suiza. Sus profesiones eran : médico psiquiatra, psicólogo y ensayista. Pertenecía a la corriente psicológica llamada psicología analítica.
Comenzó a trabajar en un hospital mental de Zúrich donde conoce a su paciente Sabina Spielrein.

Carl Jung tiene relación con Sabina y Freud ya que todos son psicólogos o se interesan por la rama, y además utilizan el tratamiento experimental "psicoanálisis" o curación por la palabra.

SIGMUND FREUD

Freud es el padre del psicoanálisis , un método que tiene como objetivo el tratamiento de enfermedades mentales. El psicoanálisis freudiano es una teoría que intenta explicar el comportamiento de los seres humanos y se basa en el análisis de los conflictos sexuales inconscientes que se originan en la niñez.Esta teoría sostiene que los impulsos instintivos que son reprimidos por la conciencia permanecen en el inconsciente y afectan al sujeto.
El inconsciente no es observable por el paciente: el psicoanalista es quien debe volver accesibles dichos conflictos inconscientes a través de la interpretación de los sueños, los actos fallidos y la asociación libre.

RELACIÓN ENTRE CARL JUNG,SABINA SPIELREIN Y SIGMUN FREUD.

Sabina iniciaba su tratamiento con Jung envuelta en una grave crisis. Por su parte, Jung llevaba casi 5 años de hospital y estaba apunto de recibir un nombramiento para el cargo, a la par que crecía su admiración por un profesor judío vienés de nombre Sigmund Freud, a quien le enviaría en breve su trabajo de investigación sobre la asociación de palabras


La crisis de Sabina parecía haber mejorado con el tratamiento. La internación fue breve, duró sólo algunos meses. Para abril de 1905 ya se había inscripto en la universidad de medicina de Zurich. El tratamiento con Jung parecía estar dando sus frutos, en forma rápida y eficaz.


Pero hay algo más en esta historia, que esconde la mejoría de Sabina y que vuelve compleja la situación. Se trata de la relación entre ambos, que más allá de la relación médico-paciente, ocultaba un apasionado romance. Spielrein y Jung se habían convertido en amantes.

Jung, en una angustiosa carta a Freud, le habla de una necesidad de abreaccionar una situación reciente, diciendo que se trata de un caso difícil, una estudiante rusa de 20 años. Por lo cual le pide una opinión (una supervisión del caso) después de presentarle brevemente el cuadro de la paciente. Agregando además que se trata de un tema personal. (Tenemos que tener en cuenta que ésta es la segunda carta que Jung le envía a Freud, además de su trabajo sobre la asociación de palabras). Lo que Jung no se anima a contar en la carta, es lo que en verdad lo angustia, es decir su relación con Sabina y por ende cómo continuar atendiendo a una paciente en esas condiciones. 

La carta, donde Jung le pide consejo y supervisión a Freud, es del 26 de octubre de 1906. Jung hacía casi dos años que era terapeuta de Sabina, probablemente la consulta a Freud se produjo porque la relación entre ambos estaba en crisis, y a Jung la situación lo había sobrepasado. 

Cuando se hace pública la relación entre Sabina y Jung comienza una serie de idas y venidas, donde Jung niega el romance y Sabina se siente traicionada. Interviene la esposa de Jung quien le escribe a la madre de Sabina para que su hija abandone la relación que destruía un hogar. Jung amaba a Sabina pero no estaba dispuesto a arriesgar su matrimonio, por ende en principio niega toda relación acusando a Sabina de "una paciente traidora que le había sacado hacía años de una grave crisis y que ahora le pagaba así, porque él le había negado el placer de darle un hijo". Es en medio de todo esto, mediante cartas cruzadas (entre Sabina, Freud y Jung) donde Sabina le pide ayuda a Freud por el comportamiento de Jung.

Allí le pide una entrevista; Freud se niega y contesta con evasivas, diciendo que lo que sucede "es parte de un fervor excesivo en el tratamiento". Pero la actitud que toma Freud al respecto no es sólo por cautela, sino que su interés estaba puesto de sobremanera en Jung, ya que representaba la posibilidad de que el psicoanálisis trascendiera las fronteras judías y alcanzara Europa. Entonces cualquier situación que podría poner en peligro la relación con Jung había de ser soslayada. Es en ese punto donde Freud se hace cómplice de Jung, y haciendo oídos sordos al pedido, trata de tranquilizarla, y por otra parte fingiendo no saber acerca de la situación cuando Jung ya lo había puesto al tanto en la carta anterior (Freud también juega sucio).

En definitiva sólo tiempo después, Jung iba a reconocer su verdadero comportamiento con respecto a Sabina, no antes de haberla acusado de ser una paciente ingrata a la cual se había dedicado especialmente a sacar de una grave crisis, y que ahora le pagaba de esta manera por negarle el placer de darle un hijo. Freud por su parte se ocupó especialmente de cuidar su relación con Jung, y sólo en la ruptura final de la relación con éste, le dio la razón a Sabina sobre los hechos y permitió su ingreso y participación en las reuniones de los miércoles de la sociedad psicoanalítica de Viena.

TRAILER DE LA PELÍCULA





sábado, 4 de marzo de 2017

"UN MÉTODO PELIGROSO"


"UN MÉTODO PELIGROSO"


Ésta es una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual que ocurre entre 1904 y 1913, basada en acontecimientos reales, dirigido por David Cronenberg y protagonizado por Sigmund Freud (Viggo Mortensen), Carl Gustav Jung (Michael Fassbender) y Sabina Spielrein (Keira Knightley).

El psiquiatra Carl Jung, de 29 años, está empezando su carrera profesional y vive en el hospital Burghölzli con su esposa embarazada. Jung ensaya el tratamiento experimental inventado por Sigmund Freud, el psicoanálisis o “curación por la palabra”, como también se conocía entonces, con Sabina Spielrein, una paciente de 18 años. Sabina es una joven rusa de origen judío, muy culta, que habla alemán a la perfección, con un diagnóstico de histeria (afección psicológica que pertenece al grupo de las neurosis. Técnicamente, se denomina trastorno de conversión.) que puede llevarla a la violencia. En sus conversaciones con Jung, Sabina revela haber tenido una infancia plagada de humillaciones y palizas que le infligía un padre autoritario. El psicoanálisis no tarda en sacar a la luz un inquietante elemento sexual en su disfunción, apoyando la teoría de Freud que relaciona la sexualidad con los trastornos emocionales.
Jung y Freud traban amistad a través de un intercambio epistolar acerca de Sabina, y su primera reunión solo puede describirse como intensa y extensa. A la vez que la relación entre los dos psiquiatras se estrecha, Freud ve en Jung a su heredero intelectual; también lo hace la relación entre Jung y Sabina, una mujer brillante a pesar de su enfermedad. El tratamiento tiene éxito y Sabina decide convertirse en psiquiatra con el apoyo de Jung.
En la película se aprecia el manejo del psicoanálisis en tratamientos de histeria, masoquismo y la relación de la sexualidad con los desórdenes emocionales, entre otros aspectos.

El guión se basa en gran parte en hechos históricos (algunos de los diálogos se basan en la correspondencia real de los tres personajes) muchos otros son pura ficción. En particular, algunas críticas e investigaciones periodísticas han hecho notar que no existe evidencia alguna de que las relaciones sexuales entre Jung y Spielrein se hayan caracterizado por prácticas de nalgadas y azotes: ni de la correspondencia entre ambos, ni tampoco del diario de vida de Sabina Spielrein se puede inferir tal cosa.


CARL GUSTAV JUNG

De niño fue introvertido y muy solitario. Aunque la relación con sus progenitores era muy próxima y afectuosa, desde temprano sentiría cierta decepción por la manera en que su padre abordó el tema de la fe, a la que consideraba tristemente precaria.

Jung no era, sin embargo, hostil a la religión, sino que por el contrario declararía que el ser humano es religioso "por naturaleza" y en su trayectoria resaltaría el valor de la experiencia religiosa para el entendimiento de la mente humana, rescatando simbolismos de la tradición cristiana y reinterpretándolos desde su perspectiva psicológica. Por esto mismo, la religiosidad fue uno de los objetos principales de su estudio, y más tarde mostraría interés por el misticismo.
Fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.

Se le relaciona a menudo con Sigmund Freud, de quien fuera colaborador en sus comienzos. Jung fue un pionero de la psicología profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más ampliamente leídos en el siglo XX. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre sus manifestaciones culturales. Esto le impulsó a incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, la interpretación de los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía.


SABINA SPIELREIN

Sabina Naftulovna Spielrein vino al mundo en Rusia; fue en Rostov del Don, al suroeste del país, el 7 de noviembre de 1885. Su padre, un comerciante acomodado de origen judío, se había casado con una mujer de religión ortodoxa, con la que tuvo cinco hijos, de los que Sabina fue la mayor.

El padre de Sabina era un hombre violento, manipulador, que ejercía una influencia sumamente perniciosa sobre su familia, y que no hacía ascos al castigo físico cuando lo creía oportuno, que solía ser bastante a menudo. En consecuencia, los hermanos Spielrein crecieron siendo niños nerviosos, asustadizos, cuyos fuertes lazos de amor-odio con sus progenitores serían calificados por Jung de “sadomasoquistas”.

No es extraño que la pequeña Sabina empezase a mostrar síntomas de que algo extraño le ucedía cuando sólo contaba cuatro años de edad, despertaron en ella una muy precoz sexualidad de tintes masoquistas, y un comportamiento compulsivo que se fue agravando conforme se fue haciendo mayor. A los dieciséis años, tras la muerte de su hermana pequeña, el estado de Sabina empeoró de forma fulminante: sufría bruscos cambios de humor, rayanos en la histeria; se fugó en varias ocasiones de la casa familiar; incluso intentó suicidarse, al menos, un par de veces. Fue entonces cuando sus padres decidieron tomar cartas en el asunto, y la internaron en una clínica suiza, donde tuvo que sufrir los temidos tratamientos con electroshock. Viendo que no servían de nada, los Spielrein decidieron trasladar a su hija a una nueva clínica, esta vez en Zurich; en la clínica Burghölzli permanecería durante casi un año, desde agosto de 1904 hasta junio de 1905, y allí conocería a Carl Gustav Jung que cambió su vida.




RELACIÓN ENTRE SABINA Y JUNG

Sabina tuvo una infancia con varias enfermedades físicas y algunos trastornos psíquicos. Estas crisis emocionales y psicológicas, acompañaron a Sabina desde su infancia. Ahora acababa de pasar por un episodio psicótico agudo y presentaba trastornos de la afectividad, con alternancia de llantos y risas compulsivas. Allí conoció a Carl Gustav Jung, quien la atendió aplicando las técnicas del recientemente desarrollado tratamiento psicoanalítico para tratar la histeria (afección psicológica que pertenece al grupo de las neurosis. Técnicamente, se denomina trastorno de conversión.).
Según los describe Jung en sus notas, ambos padres eran histéricos. El padre, colérico (propenso a los enfados violentos) e impulsivo, además de recurrir repetidamente al maltrato físico, así como al castigo moral y trato humillante, amenazaba también con el propio suicidio cuando Sabina a los 16 años intenta algunos pasos independientes. La madre aparece descrita por Jung como una mujer infantil y seductora que a veces tiende a rivalizar con su hija.


Sabina iniciaba su tratamiento con Jung envuelta en una grave crisis.

La crisis de Sabina parecía haber mejorado con el tratamiento. La internación fue breve, duró sólo algunos meses. El tratamiento con Jung parecía estar dando sus frutos, en forma rápida y eficaz.

En esta época es cuando se desarrolla la parte más oscura y extraña de la relación entre ambos. De que Sabina se convirtió en la amante de Jung, al menos desde 1908, no hay ningún tipo de dudas, hasta el punto de que el psiquiatra tuvo que renunciar a su trabajo en la clínica Burghölzli y, por tanto, dejar de ser el médico de Sabina, para intentar disimular el escándalo, ya que no sólo había violado el código deontológico médico, sino que además él era un hombre casado. Es en este momento cuando hace su entrada en esta historia Sigmund Freud; el célebre psiquiatra que conocía el caso de Sabina desde 1906, cuando Jung le escribió en una angustiosa carta a Freud, en la cuál le habla de una necesidad de abreaccionar una situación reciente, diciendo que se trata de un caso difícil, una estudiante rusa de 20 años. Por lo cual le pide una opinión después de presentarle brevemente el cuadro de la paciente. Agregando además que se trata de un tema personal.

Inmediatamente después de recuperada, ingresó a la escuela de medicina de la Universidad de Zúrich.



SIGMUND FREUD

Sigmund Freud y Carl Jung eran médicos de fines del siglo XIX que crearon métodos para tratar problemas de sufrimiento mental. El primero, de origen austriaco, se especializó en neurología y fue considerado el padre del psicoanálisis. Mientras que el segundo nació en Suiza y como psiquiatra y psicólogo fundó la escuela de psicología analítica o profunda.

Sigmund Freud, en la vida real, comenzó a tratar a pacientes histéricas en Viena. Al comienzo empleó tratamientos con medicinas, pero consideró que no tenían mayor efecto y se ligó al médico y psicólogo austriaco Joseph Breuer, quien trabajaba con el método de la hipnosis. Esta consistía en traer a la conciencia recuerdos traumáticos olvidados en la infancia. Con las hipnosis y las histéricas Freud descubrió el inconsciente.

Pero para Freud los efectos de la hipnosis  eran muy temporales e insuficientes. Normalmente la persona hipnotizada no se acordaba de lo que había hablado cuando estaba bajo el efecto de la hipnosis. Entonces Freud le comunicaba lo que había dicho y el paciente lo negaba o hacía alguna interpretación respecto del tema.

Fue así como Freud se da cuenta de que esas interpretaciones sobre el inconsciente del sujeto eran nuevas y diferentes, por lo que decide abandonar la hipnosis y establece con base en esa experiencia que el paciente comience a hablar con la regla de la “asociación libre”, es decir, que hable lo que se le ocurra, sin restricciones morales o de ningún tipo.




RELACIÓN ENTRE FREUD Y JUNG

La regla de la asociación libre hizo que Carl Jung se interesara en los trabajos de Freud y se convirtió en su colaborador, en una época en que los médicos no querían saber mucho sobre el psicoanálisis, porque lo consideraban no científico. Jung presentó a Freud un trabajo sobre la demencia precoz, que luego se llamó esquizofrenia, y mantuvieron una relación profesional.

Incluso en el II Congreso Internacional de Psicoanálisis en Núremberg, Alemania, en 1910, Freud lo propuso a Jung como presidente. Años más tarde, Freud se arrepintió de haber propuesto a Jung para ese cargo, porque comenzó a dirigirse hacia otra orientación, estableciéndose diferencias de principios fundamentales.

Freud precisaba que en el ser humano existen energías pulsionales subjetivas como la libido, es decir, dirigida hacia la realidad o que vinculaba al sujeto a las personas circundantes. Estas pulsiones siempre están presentes en los sujetos. Jung decía que estas no era necesario definirlas. Para él, la pulsión era una energía pura, abstracta y universal que podía ser sexual o asexual.


viernes, 3 de marzo de 2017


"UN MÉTODO PELIGROSO"
Dentro de esta película podemos ver a Jung trabaja por primera vez el método psicoanalítico de Freud, el mismo que será utilizado con la paciente Sabina Spielrein, quien durante las sesiones que tenía con el doctor Jung, le cuenta sobre los maltratos que su padre le propiciaba ante la más mínima falla de su parte. A su vez ella acepta el hecho de que dichos maltratos despertaban excitación en ella.

Como se menciona en las obras de S. Freud "...las influencias experimentadas durante los años infantiles determinan, en cada individuo, la modalidad especial de su vida erótica, fijando los fines de la misma..." Basados en esto, podríamos explicar la razón por la que Sabina sentía excitación sexual ante los golpes de su padre. Dentro de su obra S. Freud también menciona que, si las necesidades eróticas de la persona no son satisfechas en la realidad, se verán orientadas hacia toda nueva persona que se aproxime, lo que haría posible que se vea orientada hacia el médico. Bajo este fundamento podríamos comprender la fuerte transferencia por parte de Sabina hacia Jung.

La transferencia (sentimientos), provoca en la paciente que pierda todo interés por la cura y únicamente desee hablar sobre su amor y la correspondencia del mismo; la paciente iniciará a comprobar sus poderes atractivos con el afán de quebrantar la autoridad del médico y hacerle descender al puesto de su amante.
Jung mantiene una conversación con Otto Gross, aquí Jung le expresa que como profesional debe saber manejar este tipo de situaciones. Otto Gross refuta diciendo que él, avisa a sus pacientes que existe este tipo de sentimientos y las convence de que es parte de la enfermedad, pues él está de acuerdo en que el terapeuta mantenga relaciones amorosas con sus pacientes y de esta manera liberar las represiones de sus pacientes. Esto para Freud sería un completo desatino ya que crea obstáculos difíciles de vencer y la paciente conseguiría su fin de mantener la represión en tanto que el médico no conseguiría el suyo.  https://www.youtube.com/watch?v=llE8T26chLU

SABINA SPIELREIN.
Cuando se habla del nacimiento del psicoanálisis como ciencia moderna, siempre se hace referencia a sus “padres”, si entendemos como tales a Sigmund Freud y a Carl Gustav Jung. Sin embargo, el estudio de la psique humana tuvo también madres. Fue primero paciente, después amante y al final alumna brillante, y aunque algunos -el propio Jung entre ellos- la quisieron tachar de embustera y manipuladora, su contribución al estudio de la mente, desde ambos lados de la trinchera, es una de las más importantes del siglo XX. hablamos de Sabina Spielrein.

Sabina Naftulovna Spielrein, fue una chica rusa. Hija de un hombre judío y una mujer de religión ortodoxa, con la que tuvo cinco hijos, de los que Sabina fue la mayor.

El padre de Sabina era un hombre violento, manipulador, que ejercía una influencia sumamente perniciosa sobre su familia, y que no hacía ascos al castigo físico cuando lo creía oportuno, que solía ser bastante a menudo.

Así las cosas, no es extraño que la pequeña Sabina empezase a mostrar síntomas de que algo extraño le sucedía; los detalles no son precisamente agradables, pero baste decir que despertaron en ella una muy precoz sexualidad masoquista, y un comportamiento compulsivo que se fue agravando conforme se fue haciendo mayor. A los dieciséis años, tras la muerte de su hermana pequeña, el estado de Sabina empeoró: sufría bruscos cambios de humor, histeria; incluso intentó suicidarse. Fue entonces cuando sus padres decidieron tomar cartas en el asunto, y la internaron en una clínica suiza, donde tuvo que sufrir los temidos tratamientos con electroshock. Viendo que no servían de nada, los Spielrein decidieron trasladar a su hija a una nueva clínica, la clínica Burghölzli permanecería durante casi un año y allí conocería al hombre que cambió su vida: Carl Gustav Jung.

SU ETAPA JUNTO A JUNG

Sabina fue una paciente difícil: sus cambios de humor, su negativa a colaborar con los médicos y su agresividad hicieron de ella la interna que nadie quería tratar. Hasta que el doctor suizo Jung decidió que la muchacha era la idónea para probar los nuevos métodos que preconizaba el doctor Freud. Así pues, Jung aisló a Sabina por completo de su familia, ya que pudo comprobar que sus crisis se agravaban cuando cualquier familiar venía a visitarla.

Lo cierto es que Jung consiguió una inmensa mejoría en Sabina Spielrein, hasta el punto de que, todavía interna en la clínica, la joven decidió matricularse en la universidad de Zurich, dispuesta a convertirse en psiquiatra. Sabina era una persona académicamente brillante, y pronto obtuvo estupendos resultados en sus estudios, incorporándose como ayudante de campo en las investigaciones del propio Jung.

Y es en esta época cuando se desarrolla la parte más oscura y extraña de la relación entre ambos. Sabina se convirtió en la amante de Jung, hasta el punto de que el psiquiatra tuvo que renunciar a su trabajo en la clínica Burghölzli y, por tanto, dejar de ser el médico de Sabina, para intentar capear el escándalo, ya que no sólo había violado el código deontológico médico, sino que además él era un hombre casado. Es en este momento cuando hace su entrada en esta historia Sigmund Freud; el célebre psiquiatra vienés conocía el caso de Sabina desde 1906, cuando Jung le escribió, solicitándole consejo para su tratamiento. Sin embargo, cuando la relación entre ambos se hizo pública, Freud se puso sin dudarlo de parte de su pupilo, amonestando a Sabina y pidiéndole que “reprimiese sus sentimientos hacia Jung”, algo que hirió profundamente a la joven. Es curioso, no obstante, que años más tarde el propio Freud rectificase su comportamiento con respecto a Jung y Sabina, definiendo el trato que éste había dispensado a su paciente como “detestable”.


CARRERA PROFESIONAL DE SABINA SPIELREIN
Mientras todo esto sucedía, Sabina iba progresando en sus estudios, licenciándose con una tesis titulada “El contenido psicológico de un caso de esquizofrenia”, para la que había contado con la colaboración de Jung, y que, como curiosidad, representa la primera aparición del término “esquizofrenia” en un texto académico. Poco después de la publicación de su tesis, Sabina y Jung rompieron; el suizo fue muy poco caballero con quien había sido su amante, alumna y estrecha colaboradora durante casi seis años: la llamó mentirosa e histérica, y aseguró que Sabina lo calumniaba porque él se había negado a dejarla embarazada.

Sabina se trasladó a Viena, donde por fin pudo conocer personalmente a Freud; se cree que fue este contacto el que hizo que el psicoanalista cambiase de opinión con respecto a Sabina. Tanto, que respaldó el ingreso de la joven en la Asociación Psicoanalítica Vienesa, donde, a finales de ese mismo año, publicaría su segundo trabajo, “La destrucción como causa del nacimiento”, que a la postre sería la base sobre la que Freud desarrolló su teoría de la pulsión de muerte.

El recorrido profesional de Sabina Spielrein es ciertamente brillante: además de su colaboración con Freud, fue también miembro de la Asociación Psicoanalítica de Berlín, profesora de psicoanálisis en el Instituto Rousseau de Ginebra, y catedrática de psicología en la universidad de Moscú. Allí conocería a su gran colaboradora, Vera Schmidt, con quien fundó en 1923 un jardín de infancia llamado White Nursery, donde se fomentaba el crecimiento de los niños como seres absolutamente libres y se trataba especialmente el desarrollo del lenguaje de los infantes; la White Nursery se haría tan popular que hasta el propio Stalin llevó allí, con nombre falso, a uno de sus hijos, Vassili.

miércoles, 15 de febrero de 2017

"Un método peligroso"

 

                              SABINA SPIELREIN


     La taquillera película "un método peligroso" de David Cronenberg la saca del anonimato, pero sitúa a Sabina como la amante de Jung, culpabilizándola por sus "encantos seductores" y encubriendo el abuso de poder de Jung en el tratamiento que él mismo conducía.
    
     Su historia apasionada, luchando por hacerse lugar en un mundo y un tiempo dominado por los hombres nos ubica en la perspectiva de las cuestiones de género. Su trabajo clínico y teórico en el Estado obrero soviético nos invita también a pensar e investigar varios temas, como por ejemplo el tema del psicoanálisis como una herramienta que puede ser para la transformación o para la adaptación del sujeto.
     
     El "olvido" de Sabina Spielrein por cerca de 60 años de la historia del psicoanálisis, en la que aún no ha sido reinsertada con la debida justicia, no es una simple casualidad, sino es una expresión más, bastante nítida, de cómo una sociedad patriarcal y machista se manifiesta en cada intento de las mujeres de perforar ese cerco.

     Así, fue recién en 1977, cuando el analista junguiano Aldo Carotenuto publicó las cartas intercambiadas entre Sabina, Freud y Jung, cuando ella volvió a la palestra, aunque el peso de la "anécdota" de su amorío con Jung haya, una vez más, revelado el peso del patriarcado, dejando la obra de Spielrein en segundo plano.

     Sabina Spielrein inicia su tratamiento con Jung en 1904 con solo 18 años y, después de su finalización, se forma en medicina. En medicina, su disertación de fin de curso titulada "El contenido psicológico de un caso de esquizofrenia" fue uno de los primeros trabajos a relatar minuciosamente la aplicación de la técnica psicoanalítica en un caso de esquizofrenia. La disertación abordaba el contenido del tratamiento de una paciente y la relación entre su habla y el contenido sexual reprimido, y junto a los trabajos de Jung Bleurer y Kari Abraham fue fundamental para plantear el psicoanálisis como una terapia efectiva en relación a los pacientes psicóticos.

     En 1912, Spielrein se adelanta 9 años en relación a Freud al elaborar el concepto de pulsión de muerte o de destrucción en su artículo "La destrucción como causa del devenir". Es a partir del análisis de la esquizofrenia y de la neurosis, de la realización artística de la entrega amorosa, afirma, que el conflicto entre las pulsiones sexuales de vida y las pulsiones de destrucción y de muerte se funden en la creación de la modificación, del movimiento creador. 
                             



 

                              CARL GUSTAV JUNG


     En el año 1904 por primera vez se realizó un tratamiento psicoanalítico fuera de la ciudad de Viena y sin la supervisión directa de Sigmund Freud, el fundador del aún joven psicoanálisis. El médico que aplicaría el tratamiento era Carl Jung. Su paciente era la joven rusa Sabina Spielrein.

     Ese tratamiento fue lo que llevó al establecimiento de relaciones entre Freud y su más célebre discípulo y posterior oponente, fundador de la "psicología analítica", Jung.

     En 1914, tras una disputa con Freud y sumido en una crisis existencial, Jung se embarcaría en uno de los proyectos más controvertidos y artísticos en la historia de la psicología: un grueso libro cifrado de imágenes y mensajes en el que libraría una batalla con sus demonios internos. 





                             SIGMUND FREUD 


     El que es considerado como padre del psicoanálisis fue un hombre peculiar lleno de manías. Su vida estuvo marcada por sus grandes descubrimientos y su perjudicial adicción a la cocaína. Cambió la forma de pensar de la época implantando conceptos nuevos como el narcisismo, las pulsiones de vida y muerte, el complejo de Edipo y su división de la mente en tres: el ello, el yo y el superyo.

     Sigmund Freud está considerado uno e los personajes más polémicos e influyentes del siglo XX. Era un revolucionario para su época. Hizo enormes aportaciones a la psicología, pero sus métodos eran muy criticados por sus contemporáneos. Él buscaba el significado más allá de la superficie de las cosas. Para Freud lo mejor para llegar a la base de los problemas era sentar al paciente en un sofá de cuero y remover todos sus pensamientos, sentimientos y deseos alojados en el subconsciente para llevarlos al consciente.

     Y aquí algunas cosas que nadie sabe sobre él:

                                          *DOCTOR POR AMOR*
     A los 26 años conoció a la que más tarde sería su esposa Martha. Por aquel entonces su carrera como científico y su trabajo en laboratorios no le proporcionaba el sustento adecuado para poder mantener a una familia. Para conquistar a Martha decidió convertirse en doctor y abrir su propia consulta en Viena. A los cuatro años en la medicina consiguió casarse con ella. 

                                         *UN CHOW CHOW DE ASISTENTA*
     El amor que sentía Freud por los perros era muy conocido, en especial a su Chow Chow Jofie. Con ella lo hacía todo, hasta pasar consulta. Para él su perrita era la mejor asistenta en sus sesiones de análisis. La compañía canina tranquilizaba a los pacientes. Además, Jofie también hacía de "reloj": cuando ésta se incorporaba, Freud sabía que había terminado la consulta. En muchas ocasiones afirmó que los perros enías una innata capacidad para distinguir a aquellos que brindaban amor y los que repartían odio. Una cosa que para los humanos era algo imposible, ya que eran propensos a confundir ambos sentimientos.
     "Prefiero la compañía de los animales a la humana, ellos son más sencillos", decía Sigmund.

                                      *SUS INCOMPRENSIBLES FOBIAS*
     Freud tenía varias fobias incomprensibles. Entre ellas, la más curiosa era su pánico al número 69. Evitaba a toda costa alojarse nunca en una habitación de hotel que tuviera ese número en la puerta, o alguna de sus combinaciones. Era ver el 6 y el 9 juntos y huía. 
     También le tenía un miedo irracional a los inofensivos helechos.

                                     *PASIÓN POR DON QUIJOTE*

     Una de las curiosidades menos conocidas de Freud era su pasión por Miguel de Cervantes. Tenía devoción por el escritor español hasta el punto de aprender castellano para leer "Don Quijote de la Mancha" en versión original y no perderse ningún matiz de una de las obras literarias más importantes de la historia.

                                      *POCO ÉXITO DE VENTAS*
     Aunque el legado de Sigmund Freud esté considerado como uno de las más importantes e influyentes en la psicología, lo cierto es que "La interpretación de los sueños", su obra maestra, fue un fracaso de ventas en la época. A duras penas logró vender 600 ejemplares en 13 años. Y eso que era libro que inauguraba una nueva disciplina y un nuevo modo de entender al hombre mediante el psicoanálisis. Freud dijo de este libro que era un descubrimiento que se corresponde a uno de entre mucho, "pero solo se vislumbra una vez en la vida".





       FREUD Y JUNG, UNA RELACIÓN DE AMOR-ODIO

     Cuando el joven Jung lee los primeros trabajos de Freud sobre los sueños, enseguida reconoce al maestro que abre un camino inédito en la investigación de la mente. Su primer encuentro tiene lugar en Viena en 1907, conversan sin interrupción durante 13 horas, pero no acaban de entenderse. Freud ve en el trauma sexual la causa única de la represión, mientras que el discípulo ya ha tenido ocasión de examinar la neurosis en las que la sexualidad desempeña un papel secundario comparado con el estrés económico, las aspiraciones profesionales o la adaptación social. La conversación se tensa, cruje la madera, pero Freud se resiste a admitir otros factores que no sean los sexuales. No obstante, Jung se declarará públicamente a su favor, a sabiendas de que Freud ya es persona non grata en el mundo académico. Tiempo después describirá lo importante que era la teoría sexual para el padre del psicoanálisis. Desde su perspectivo, cualquier tipo de espiritualidad dejaba entrever una sexualidad reprimida. "Cuando hablaba del tema, su voz se hacía imperiosa, casi angustiosa, y ya no se percibía ese escepticismo que mostraba con otros asuntos". 
     
     Jung nunca aceptaría esa idea. La sexualidad era demasiado simple para explicar la complejidad de la psique. Lo que emerge del inconsciente puede ser sublime y rastrero. "Si Freud hubiera admitido que la sexualidad era numinosa (es un dios y un diablo), no hubiera terminado encerrado en la estrechez de un concepto biológico". La psique para Jung no era algo que pudiera dividirse, tampoco se la podía reducir a lo orgánico, o a alguna de sus partes, como pretendía hacer Freud con la libido Lo numinoso conduce a extremos, ese es su peligro característico. Jung había crecido entre campesinos y sabía muy bien que las coles creces sobre estiércol, eran las gentes de la ciudad las que no conocían el establo humano. Freud le había enseñado a mirar con los ojos del enfermo, le había mostrado que todo el mundo tenía algo de neurótico, pero también que él mismo no había logrado resolver su propia neurosis.